Esta isquemia va seguida de una reabsorción ósea por fenómenos osteoclásticos, y consiguientemente una migración del diente en esa dirección.
Posteriormente, se produce una aposición ósea mediante una regeneración osteoblastica, en la zona abandonada por el diente..
Dado que la respuesta ósea esta mediada por el ligamento periodontal, el movimiento dental es fundamentalmente un fenómeno de dicho ligamento.
Las fuerzas aplicadas, deben seguir un patrón que el especialista maneja, para conseguir sus objetivos, no realizar yatrogenia, y precisa de un periodo de descanso entre activaciones para permitir los fenómenos osteoblásticos de aposición ósea. La habilidad técnica y la experiencia, juegan un factor clave en éste sentido ya que, como es lógico, todos estos parámetros son aproximados.
En la foto de microscopía electronica se observa la actividad osteoclástica en la zona adyacente al ligamento periodontal comprimido.
En el siguiente corte radicular, esta marcado con una flecha el desplazamiento del diente hacia la izquierda, en una caso con una aplicación de una fuerza excesiva.
En el lado derecho se observa la dilatación de los vasos sanguineos y la actividad osteoblastica, en el izquierdo una compresión e isquemia con actividad osteoclástica, el no respetar los tiempos ni las fuerzas ligeras puede conllevar la aparición de pequeñas muescas de reabsorción radicular marcadas con las lineas.
Aunque estas lesiones son reparadas con la acumulación de cemento, nos obliga a ser cautos con la aplicación de nuestra terapeutica.
Es recomendable usar alambres con fuerzas ligeras, y realizar las activaciones mensualmente.
No tener prisa en terminar los tratamientos, pese a la presión del paciente.